Llegó el final del cultivo, y con ello finaliza el curso, la última práctica a realizar es la cosecha,  momento de gran esfuerzo que se toma  animado por la ilusión de recoger  la recompensa de tantos esfuerzo realizados,  en el cuidado del cultivo desde que se inició con  su siembra.  Ha sido un año donde las condiciones climatológicas han sido adversas para el cultivo, sobre todo por la escasez de lluvias y presencia de altas temperaturas en una primavera que dicen, ser de las más calurosas de los últimos años, lo que ha  afectado al rendimiento del cultivo, así que no nos ha quedado más remedio que  tomar las cosas como vienen. A pesar de las dificultades,  hemos protegido, cuidado y mimado a nuestra querida papa, para que resista al ataque   enfermedades y la implacable plaga  de la polilla guatemalteca, y hemos obtenido un magnífico resultado.

Esta andadura ha concluido con un gran aprendizaje, donde se ha aprendido haciendo, y los alumnos  han podido llevarse sus propias papas cosechadas por ellos mismos de forma ecológica,  su certificado en “Cultivo ecológico de la papa” además  de unos buenos momentos.

Hemos cerrado un ciclo de cultivo y sembrado un  aprendizaje, que perdurará. Ahora toca descansar y e irse preparando para la segunda edición.